El Ámbar no se trata de una piedra, sino de una resina fosilizada de árboles coníferos (ancestros del Pino), del periodo oligoceno, por ello en ocasiones encontramos dentro de él especímenes completos de insectos o plantas.
En la Grecia Clásica se le denominaba “elektron”, ya que al frotarlo contra la lana produce electricidad estática, y de él deriva la palabra electricidad.
Podríamos usar esta misma técnica, para distinguir un Ámbar original de una imitación. Lo podemos frotar con lana, para que produzca electricidad, y comprobarlo usando pequeños papelitos que se deberían pegar.
El Ámbar es una piedra mágica, y sanadora, extremadamente protectora, ya que absorbe las energías negativas y las transmuta.
Al ser una piedra contenedora de vida, un fósil, nos ayuda a contactar con el pasado, tanto en esta vida, como en vidas pasadas. Ayudándonos a ver las lecciones e integrar los aprendizajes, romper los patrones de conductas, que impiden nuestra evolución del alma. Fortaleciendo nuestra voluntad y Convicción.
Estimula el intelecto y favorece un estado mental positivo, alivia el estrés, te ayuda a distinguir la verdad.
Estimula la felicidad y la belleza. Atrae el amor y la amistad. Disuelve la oposición, favorece la paz y desarrolla la confianza en si mismo. Meditando con él, corrige los desequilibrios emocionales.
Es antiinflamatorio y fortalece el sistema inmune.
Chacra: Manipura (Plexo Solar)
Mayor afinidad zodiacal: Leo, libra, piscis y sagitario.
