Mente corazón

31 | 07 | 2020
Mente corazón

Para conectarnos con la energía de los cristales, debemos sintonizarnos con la verdadera esencia de la vida. Nuestro trabajo es alinear nuestro corazón con nuestra mente, despertar nuestra glándula pineal, ya que en ella reside la capacidad de captar las vibraciones, pudiendo observar la realidad desde su origen y sin juicios.

Para usar todo nuestro potencial como seres humanos, debemos vivir de manera coherente entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, esta sintonización mente-corazón es la base para sostener una intención plena, permitiéndonos crear nuestra propia realidad, pero esto solo es posible si estamos alineados, así podremos emitir una señal clara al universo sobre lo que deseamos, atrayendo a nuestra vida la energía que estamos vibrando.

La manera en que hoy en día percibimos el mundo exterior, no nos permite ver realidad tal y cual es, solo es una visión desde un punto de vista, en el cual el observador se encuentra. Si percibimos sólo con nuestros sentidos, lo que vivamos estará condicionado por el medio ambiente que nos rodea, nuestro clan y nuestras creencias. Esto no es libertad, la verdadera libertad radica en escoger de manera consciente la realidad que queremos vivir, que deseamos pensar, sentir y hacer. Liberándonos de las cargas emocionales que nos impiden evolucionar, para encontrarnos con el verdadero propósito de nuestra existencia.

Podemos ayudarnos de nuestros sentidos, para reconocer la energía, trabajarla e intencionarla, por ejemplo, la vista nos ayuda a distinguir la luz y su difracción; los colores, cada color es una vibración, un tipo de energía. Los colores los podemos relacionar con los cristales y solo por el color sabremos que tipo de energía y con qué chacra se corresponde cada cristal, después cada cristal tiene sus particularidades, dependiendo de sus minerales, más adelante los iremos estudiando uno a uno. 

                                                                                                                                                            ALË